Arturo Trejo Villafuerte, fue un reconocido escritor y cronista, originario de Ixmiquilpan, Hidalgo y avecindado en la Ciudad de México, quien se distinguió por su prolífica obra poética; este 13 de mayo, fue su quinto aniversario luctuoso, al igual que diversos medios periodísticos y literarios nacionales, esta columna esta ocasión ladedicaremos a honrar su memoria.
Tengo muy vivo el recuerdo cuando el maestro Villafuerte llamó mi atención durante un homenaje alescritor Ricardo Garibay, cuando en el escenario del teatro San Francisco, se dirigió con ahínco a la audiencia con estas palabras: ”Lean a escritores hidalguenses”.
Años más tarde, tuve el privilegio que fuera mi tutor dela primera beca literaria que gané del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, y de inmediato congeniamos, por compartir ciertas situaciones en común, como el que ambos estudiamos la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Colectiva y Periodismo, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; quizá por ello de inmediato sentí una conexión con él, pues hablábamos el mismo idioma y veíamos mi proyecto desde la misma perspectiva.
Considero que Arturo para mí fue un mentor increíble,porque me dio la seguridad que yo necesitaba, para desarrollar mi investigación de periodismo cultural, titulada: “Entrevistas de semblanzas a escritores hidalguenses”, que posteriormente se convertiría en un libro.
Con el paso del tiempo llegamos a apreciarnos mucho, siempre me hizo sentir muy distinguida, cuando aseguraba que yo era la periodista cultural experta en su obra, la cual consta de exquisitos poemas amoroso y eróticos donde, desde su visión masculina describía cómo debía seducir y adorar a una mujer durante el amor.
A manera de gratitud al Mtro. Arturo Villafuerte, les comparto el siguiente poema, que espero lo disfruten.
Poemas profanos (fragmento)
Uno
Quiero tenderte un lecho de palabras a tu medida
Y que cuando diga la palabra “amor”
Reposes tu cabeza entre mis piernas
Luego, si entre nosotros suena la palabra “ternura”
Te quites la blusa, el sostén
Y me dejes acariciarte suavemente los pechos.
Más tarde si me oyes decir “placer” o “erotismo”
Tendré que quitarte la falda, vestido o pantalón
Pero también,
Necesariamente,
Las intrusas pantaletas
Y ya acalorado
Por la emanación telúrica y térmica de tu cuerpo
Te diré las frases más suaves y más dulces que hayas oído
Las gastadas palabras de amor siempre renovadas y oirás, por ejemplo,
que eres la gota de miel en mi café caliente
que tus pechos son globos de ternura
que tu boca es una fresa madura
que tu joven belleza es el templo de mi perdición
que mis pobres manos son alas quebradas cuando sostengo tus senos
que todo lo que soy es nada
ante tu inusitada belleza esplendorosa
Que mis palabras siempre serán
Una vieja canción de amor en tus oídos
y que todo esfuerzo que hago por decir
Con palabras
Lo que siento
son simples balbuceos
ruidos guturales
Ante lo que tengo entre las manos
entre mi corazón
y el lecho de palabras donde ahora estás tendida
Desde donde sonríes, y me dices,,sin palabras
que eres mía.