Los alcaldes de Tianguistengo Febronio Rodríguez y de Jaltocán Guillermo Amador Lara, nos demuestran que, el nepotismo, los excesos, el cacicazgo, la opulencia e imposiciones, no se fueron con los que gobernaron casi 9 décadas el estado y que se mantienen más vigentes que nunca con el régimen actual morenista.
Con ellos se entierra el “primero los pobres”, la “austeridad republicana”, “no somos iguales” junto con el “no mentir”, “no robar” y “no traicionar”, porque sí algo han hecho ambos presidentes municipales, es justamente lo contrario.
Uno llegó por el Partido Nueva Alianza (PANAL), otro por Morena, en ambos casos, impulsados por la misma corriente de la 4T.
Es cierto, no hubieran llegado al poder sin el respaldo ciudadano, pero sí de algo sirve justificar a quien votó por ellos, habría que señalar que, fueron víctimas de la compra de votos, de coerción y de una corriente que arengó por todo el país, que llegaba el cambio.
Pero está claro que, ni Febronio el de las fiestas millonarias y narcocorridos ni “el compa memo” que por sus “huevos” tira la basura en un relleno sanitario clausurado, son el cambio, ambos se caracterizan por mantener un cacicazgo permanente en los municipios que hoy vuelven a gobernar, el primero va por el segundo periodo, el segundo por el tercero, además de imponer a sus hermanos y compadres, para manejar el ayuntamiento con diferentes membresías.
En el caso de Febronio Rodríguez, había oposición desde el grupo de operadores del gobernador Julio Menchaca, por dejarlo pasar en Tianguistengo, pero desde Nueva Alianza insistieron,y aunque también hubo voces que trataron de convencerlo de bajarse de la contienda a cambio de imponer a alguien de su estructura, se negó y advirtió que, sólo desistiría si su esposa Alejandra Rodríguez Escudero, o bien su sobrina, fueran las elegidas, al final ya sabemos cuál fue el resultado de ese cabildeo.
Del “compa memo” basta decir que, ni siquiera oposición hubo, desde la dirigencia estatal de Marco Rico, lo avalaron con el argumento de que las encuestas lo ubicaban por encima de cualquier otra opción, y así nuevamente se sentó en la silla para cumplir su tercer periodo.
Los dos en menos de un año, han demostrado porque querían el poder, acumulan señalamientos por corrupción, nepotismo, presunción de beneficios con la obra pública, simulaciones en contratos para favorecer a empresas y negocios de su propiedad, violar las leyes ambientales, entre otros pequeños detalles, que vecinos y regidores han denunciado ante la Contraloría del estado y el Congreso local, pero nadie hasta ahora, les pone un freno o se atreve a iniciarles procedimientos legales o siquiera investigarlos.
Febronio y el “compa memo” son quizá, el rostro encubierto de Morena, al que apenas el fin de semana la presidenta Claudia Sheinbaum les dedicó una carta, pero que aquí parece no leyeron, no escucharon ni vieron y mucho menos pretenden practicar.
Total, la culpa no es de los indios, sino de quien los hizo compadres y mientras los poblados que gobiernan, siguen sumidos en la miseria y pobreza.
De mi tintero… Pocos saben que, la regidora morenista en Mineral de la Reforma, María Elena Briseño Ortiz, es también transportista y menos aún que, es de las pocas en el estado, que pueden vender y ofrecer concesiones de taxis en renta, sin que nadie la moleste con el pétalo de una rosa a pesar de que viola la ley de transporte y movilidad…Por cierto, ya que andamos en temas de transporte, sería interesante saber si en la Secretaría a cargo de Lyzbeth Robles Gutiérrez, saben que hay una empleada en la Secretaría de Obras Públicas, que tiene más de 5 concesiones de transporte público colectivo y que las ha rematado en millón y medio de pesos, hasta ahora van cuatro pero todo indica que, Aidé García como se llama la concesionaria, sólo es prestanombres de un connotado morenista al que ya desobedeció en su última transacción….
