Este fin de semana se cumplieron tres años de las inundaciones en Tula de Allende, que dejaron 17 muertos y pérdidas millonarias.
José Martínez recuerda que ese día ya estaba acostado cuando los vecinos le tocaron la puerta para avisarle que el río se había desbordado. “Solo me puse mis zapatos y me salí de mi casa. En cinco minutos, el agua ya había inundado toda la colonia; no nos dio tiempo de sacar nada”, señaló el hombre, que habita en la colonia Rancho Chapultepec, donde están construidas 180 casas.
La colonia colinda con el río Tula y fue una de las primeras afectadas por el desbordamiento del río. El agua tapó por completo las viviendas.
Desde entonces, por lo menos 20 viviendas están abandonadas. Los vecinos ya no regresaron a sus hogares, que aún presentan las afectaciones provocadas por las inundaciones.
La loseta de los pisos se levantó, se cayó el aplanado y el recubrimiento de los techos, quedando las construcciones en obra gris. “Esta vivienda está abandonada; los dueños ya no regresaron”, explicó Matilde Badillo Ramos, vecina del lugar. Su vivienda está dañada por las inundaciones; a ella, como al resto de los afectados, el gobierno federal les prometió ayudarlos.
“Nos dijeron que nos ayudarían. Solo nos dieron una estufa, un refrigerador, un colchón y 10 mil pesos en efectivo, pero eso no es suficiente para reconstruir una casa”, indicó la mujer.
“Tenemos miedo de volvernos a inundar”, señaló Rosa Estela Barrera Molina, quien, junto con sus vecinos, creó un grupo de WhatsApp para comunicarse sobre el nivel del río. “Ha llegado a centímetros de volverse a desbordar. Ya no podemos dormir tranquilos; nos pasamos la noche vigilando el río con el temor de que suceda otra inundación”, dijo.
A medio kilómetro se encuentra la colonia El Carmen, donde el puente peatonal que comunicaba a la colonia San Marcos fue arrastrado por la fuerza del agua en 2021. En el fondo del río aún están partes de los cimientos que sostenían el puente, el cual no fue reconstruido.