La detención de Filiberto Hernández Monzalvo no puede ser vista como una más de ex presidentes municipales que han ocurrido en Hidalgo o bien de los que son investigados, su caso reviste importancia porque hay elementos y afirmaciones, que confirmaron que era protegido de la administración del ex gobernador Francisco Olvera y que sus redes tejieron intereses con grandes empresarios como Ernesto del Blanco.
Cuestionado desde el inicio de su administración, por los excesos que cometía y los escándalos en lo que se involucraba junto con un grupo de funcionarios, el también empresario dedicado a la producción de jitomate, no tuvo empacho en revelar que muchas de las obras o empresas a las que favoreció fueron por instrucción directa de funcionarios del primer nivel en la anterior administración estatal.
Por eso, en varios momentos deslizó comentarios a varios reporteros, que “tenía” un seguro para evitar cualquier acción legal en su contra por desvío de recursos públicos y que lo hacía casi inmune de cualquier investigación, pues esto significaría según él, destapar varias irregularidades, nombres e intereses mezclados en negociaciones pocas claras.
Pero Filiberto Hernández nunca entendió que había acuerdos, personajes y funciones que tienen caducidad y quienes hoy toman decisiones no tendría por qué proteger las malversaciones que cometió y que lo llevaron a ser detenido la tarde de este jueves en la zona plateada al sur de Pachuca, donde transitaba con toda tranquilidad.
Es cierto, lo menos son los 15 millones que forman parte de la investigación por peculado establecidos en la causa penal 146/2018 y por la que se libró orden de aprehensión en su contra, pues hay indicios de hechos aún más graves durante los cuatro años que duró su administración.
El caso del relleno sanitario, que no funciona y que costó más de 40 millones de pesos y que según documentos la obra fue adjudicada al empresario consentido de la pasada administración estatal Ernesto del Blanco o bien la adquisición de terrenos a precios sobrevaluados para construir instalaciones de feria que nunca funcionaron.
Lo que envuelve a Filiberto Hernández, es mucho más que la operación de un simple ex presidente municipal, se trata de un ex servidor público consentido que tuvo a su disposición presupuesto, obras, recursos extraordinarios y carta abierta para contratar servicios y proveedores de todos los niveles, claro según lo dicho por él, siempre bajo la protección de quienes despachaban en el edificio de plaza Juárez.