En la casa, en la escuela, en el trabajo y hasta en la calle, en todos lados la violencia se ha hecho presente a lo largo de nuestras vidas convirtiéndose, desafortunadamente, en parte de nuestro crecimiento como sociedad adoptándola de forma tan normal que deja de producirnos aversión u horror.
Desafortunadamente la violencia se aprende desde los hogares trasladándose hacia las calles. La violencia se aprende con actos violentos entre los miembros de la familia tales como los golpes, incesto, violación, actos de descalificación constante, celotipia, manipulación, control económico, indiferencia y omisión.
Entre las víctimas más vulnerables de la violencia se encuentran las mujeres, los ancianos y los niños, quienes se ven más vulnerables en caer en algún tipo de adicción a consecuencia del maltrato, es por eso que el Centro de Integración Juvenil invita a la sociedad en general a preguntarse ¿Ejerzo violencia contra alguien? ¿Soy víctima de violencia? ¿Qué puedo hacer para evitar la violencia? Pero sobre todo entender ¿Qué es la violencia?
En este sentido de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la violencia se puede definir como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea de amenaza o efectivo, contra uno mismo, contra otra persona, grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de provocar lesiones, daños psicológicos, trastornos de desarrollo o privaciones o muerte.
A partir de esta definición es que se puede clasificar a la violencia en tres categorías Violencia Auto infligida, que es la violencia que se causa uno mismo; la violencia interpersonal, la que se da en la familia y con la pareja; y la violencia colectiva, esta se da cuando se ataca a grupos u organizaciones.
Una de las etapas de la vida en la que somos más vulnerables a la violencia es en la adolescencia, principalmente en el noviazgo, pues el noviazgo se relaciona con dicha y felicidad por lo que algunas conductas violentas pasan desapercibidas. La violencia en el noviazgo se manifiesta en el control de las actividades de la pareja, celos, vigilar forma de vestir, obligar a tener relaciones sexuales, inducirla al consumo de drogas y los golpes y empujones.
La violencia también se da cuando existe una justificación para las acciones de la pareja, cuando se afirma o acepta cada una de las actitudes, como la expresión no es celosa, teme a perderte o no te controla, te cuida. Sin embargo nada justifica la violencia pues el amor no está nada relacionado con el sufrimiento.
Cuando una persona se encuentra con una relación de noviazgo violenta debe tomar las medidas de protección inmediatas como pedir ayuda a su familia, profesores, amistades o solicitar apoyo profesional. No debe aceptar romper relaciones de amistad, condicionamiento de ningún tipo, ni permitir el abuso físico, emocional, sexual o económico.