En Hidalgo, celebramos la riqueza y dignidad de la Lengua de Señas Mexicana (LSM), reconociéndola como una lengua viva, pero sobre todo como el puente que permite la expresión de la cultura e identidad de la comunidad sorda.
Así es para José Manuel Corona Romero, un joven de 20 años, originario de Progreso de Obregón y estudiante de noveno cuatrimestre de la carrera de Mecatrónica en la Universidad Tecnológica del Valle del Mezquital (UTVM), quien, gracias a su tenacidad, el apoyo de su familia y a la LSM, está por graduarse.
“Si eres de la comunidad sorda y quieres estudiar alguna carrera[…] puedes elegir lo que tú quieras estudiar, no tengas miedo, no pienses que por ser sordo no podrás estudiar la universidad”, explica con ayuda de María Fernanda López Hernández, la intérprete que ha sido parte fundamental en este gran logro.
Aunque reconoce que el camino no ha sido fácil, asegura que sus profesores, compañeros y, en general, la comunidad universitaria le ha facilitado el entender las asignaturas de una carrera como la de Mecatrónica, que cuenta con términos matemáticos y físicos complejos, y que, aunque no tienen símbolos específicos en la LSM, son deletreados uno a uno para poder integrarlos en su aprendizaje.
La UTVM “cuenta con intérpretes que nos apoyan y no hay discriminación, hay inclusión”, detalla, “no es tan difícil, tenemos apoyo y verás que los cuatrimestres se pasan rápido; cuando menos sientas, ya estarás graduándote”.
Caso parecido es el de Dafne Castillo Calzada, originaria de la Ciudad de México, y estudiante también de noveno cuatrimestre, pero del área de Gastronomía, quien explica que está próxima a alcanzar su objetivo.
Recuerda que el apoyo y motivación de su familia, así como el acompañamiento de la universidad hidalguense, al igual que sus ganas de contar con un negocio propio en el ramo, fueron algunas de las razones por las cuales se decidió a estudiar en esta institución:
“Si quieren buscar alguna universidad en Ciudad de México, hay universidades, sí, pero no hay intérpretes. Si quieren venir a estudiar gastronomía o algo, fue mi amiga la que me dijo que aquí en la UTVM podía estudiar”, relata, gracias también a la interpretación de María Fernanda.
Y es que, López Hernández, quien tiene ahora 6 años de intérprete, aseguró que es una experiencia muy satisfactoria el poder fungir como un puente entre dos personas, dos mundos: “yo, al tener un familiar con discapacidad auditiva, pues fue lo que a mí me empezó a tener ese acercamiento hacia la comunidad sorda, a interesarme más en aprender señas”.
Como profesor de asignatura en la carrera de Mecatrónica, David Gutiérrez Montero asegura que este modelo de enseñanza obliga a implementar técnicas donde se apliquen ejemplos más prácticos y visuales, lo que al final también enriquece el aprendizaje de los alumnos que no tienen discapacidades:
“Ha sido una experiencia muy interesante para mí como docente, porque la carrera es técnica, es una ingeniería, y por lo tanto está basado en las matemáticas y en la física, y hay muchos temas que de por si no son tan sencillos para un alumno oyente, pues ahora para un alumno sordo, es un reto aún mayor».
Y aunque explicó que la institución cuenta ya con dos alumnos egresados de Ingeniería y otros dos cursando la carrera, el gusto por facilitar el aprendizaje a la comunidad sorda le ha dejado una profunda satisfacción profesional y personal.
