Lo ocurrido la noche del pasado 15 de septiembre en la Plaza Benito Juárez de la capital, tiene una connotación significativa, que dejarla en el sólo acercamiento del gobernador con el pueblo o en el nuevo estilo de encabezar los festejos patrios, sería muy limitado, algo como ver la forma y no el fondo.
Por principio de cuentas, es darle el peso histórico a una celebración que es la más significativa en nuestro país, es recordar que la arenga del cura Miguel Hidalgo fue en una iglesia en el mismo nivel de piso, no desde las alturas de un balcón que de entrada marca barreras, diferencias y alejamientos.
Hacerlo en medio de la plaza, al mismo nivel de donde estaban los miles que se reunieron a celebrar el inicio de la independencia, refleja esa condición de igualdad que quiere tener la actual administración, conjugada con el acercamiento, claridad y pleno ejercicio de interacción con los ciudadanos.
Pero quizá lo más significativo, es el nivel tan alto de medición que Omar Fayad le ha puesto con este hecho a lo que será el ejercicio de su gobierno en los próximos años, algo que pocos gobernadores se atreven hacer y que en algunos casos de Hidalgo y otros estados sería impensable hace tan sólo un año.
Porque después del pasado 15 de septiembre, las celebraciones patrias tendrán que ser iguales o parecidas a lo que vimos, y será un buen termómetro para medir el nivel de aceptación que para entonces tendrán las acciones y decisiones de la actual administración, es enfrentarse al mejor escrutinio que un servidor público puede tener, ver y escuchar la opinión de quienes directamente se verán afectados o beneficiados con la actuación gubernamental.
Por eso quizá lo ocurrido la semana pasada, es lo mas parecido a un referéndum de gobierno, claro sin la metodología y el esquema legal que conocemos de este ejercicio, pero tal vez mas crítico y transparente, porque en las plazas públicas durante las celebraciones del grito se han escuchado en años anteriores, las recriminaciones, rechiflas, claro síntoma de reprobaciones a las decisiones gubernamentales.
De mi tintero…La secretaria de salud enfrenta una auditoria federal, que deja en claro que se cometieron excesos en la subsecretaria de finanzas durante la pasada administración, que han obligado a los funcionarios actuales a buscar peritos judiciales que hagan constar que existen “documentos” que comprueban la manera en que se ejercieron estos gastos…Y para evitar que los auditores quieran comprobar la existencia de ellos, el perito tuvo que realizar un dictamen de una bodega inaccesible, llena de goteras, donde existen los documentos, pero por el mal estado en que fueron archivados ya son “ilegibles”…