- Mal de amores
Hoy 5 de julio con gran entusiasmo celebramos en nuestro país el Día del Terapeuta Físico, gracias a la fundación de la Asociación Mexicana de Terapia Física y Rehabilitación (AMTFR), fundada en 1955, quien escogió esta fecha para reconocer y honrar la labor de estos profesionistas y profesionales de la salud; asimismo se comparte esta celebración con el Terapeuta Ocupacional y Fonoaudiólogo.
En la actualidad, el trabajo que desempeñan en clínicas privadas y hospitales públicos, es vital para la recuperación y rehabilitación de las personas que han sufrido lesiones, enfermedades o problemas relacionados con la movilidad, son quienes evalúan, tratan y ayudan a mejorar la capacidad funcional y calidad de vida.
A manera de gratitud y amor eterno hacia tan loable profesión que decidieron ejercer hombres y mujeres comprometidos con lograr el bienestar de todas y todos quienes hemos sufrido un Evento Vascular Cerebral (EVC), les comparto mi experiencia.
Después que sufrí un infarto cerebral hace más de siete años, me diagnosticaron hemiplejia en la parte izquierda de todo mi cuerpo, que se quedaría inmóvil, por lo que debería adaptarme a esta nueva forma de vida, ahora viviría con una discapacidad motriz; aunque los médicos me dijeron en reiteradas ocasiones que sólo con ejercicios de terapia física podría recobrar mi vida anterior; ante esta condición, me sentía tan preocupada y adolorida, me fue difícil confiar en sus palabras; pensé que nunca más volvería a caminar.
Pero los tiempos de Dios son perfectos y puso en mi camino a un ejército de ángeles que me ayudaron a recuperarme: las y los terapeutas físicos quienes, a pesar de mi incredulidad y desánimo, no se rindieron y me siguen exhortando a recuperar mis capacidades al cien por ciento.
Gracias a mis terapeutas privados, quienes me rehabilitaron en mi casa, cuando me era imposible siquiera sentarme en la cama, pues me la pasaba la mayor parte del tiempo acostada; a ese maravilloso equipo de fisioterapeutas que atiende en el Centro Integral de Rehabilitación (CRIH); a mis amigas y amigos del Instituto Nacional de Ciencias de la Rehabilitación Integral (INCRI) liderados por mi gran amigo Cohutec Vargas; quienes me han asesorado y están al pendiente de mi rehabilitación.
También, quiero agradecer a estudiantes y egresados de la licenciatura en Terapia Física de la Universidad Politécnica de Pachuca, primera institución de educación superior en Hidalgo en abrir este programa educativo.
Gracias a ellas y a ellos, ahora camino sin bastón ni andadera, soy autónoma en casa, trabajo y desempeño también mi rol de madre y esposa; ¡Muchas felicidades en su día!