Luego de la espinosa transición que generó enfrentamientos y hasta amenazas veladas durante más de 6 meses que pronosticaban un panorama desalentador para el estado en el corto y mediano plazo, la relación entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Omar Fayad parece transitar entre el acuerdo y cooperación, a pesar de tratarse de un gobierno de oposición y eso genera otras expectativas y el desaliento de grupos políticos locales que ya se frotaban las manos frente a la disputa.
Entre los trágicos hechos ocurridos en Tlahuelilpan y los nuevos proyectos del gobierno de la cuarta transformación, se abrieron ventanas de oportunidad que con habilidad aprovechó el mandatario estatal para fortalecer su acercamiento y relación.
En el pasado, tres administraciones estatales coincidieron con gobiernos federales de origen partidista distinto al PRI y el camino no fue fácil, tampoco diferente a como fue con gobiernos como los de Enrique Peña o Ernesto Zedillo, al menos en la consolidación de proyectos económicos importantes que generarán prosperidad y desarrollo, como el del Aeropuerto o el de grandes vías federales que acercaran servicios a zonas como la huasteca o la otomí-tepehua, donde se mantienen indicadores de pobreza desfavorables.
Frente al triunfo de Morena en el país y por supuesto en Hidalgo, donde por primera vez en la historia se construyó un legislativo local con mayoría opositora, el escenario inmediato de los especialistas era desalentador y hasta condenaban al estado a sumergirse en otro sexenio más en el fondo, por la falta de apoyos de la federación.
Pero todo cambio diametralmente después del 18 de enero, la explosión e incendio del ducto de Pemex con la muerte de decenas de personas, permitió al gobernador hidalguense mostrar la capacidad de reacción, organización y atención frente a un hecho de esta magnitud e incluso mantener el liderazgo del manejo de la contingencia durante varios días.
El trabajo fue reconocido por el presidente López Obrador en una sesión extraordinaria del consejo de seguridad, pero no quedo ahí, vino esa comunicación directa, ese intercambio de opiniones, de ideas y proyectos y encuentros personales, el resultado es que hoy, Hidalgo está cerca de concretar el proyecto del aeropuerto al que tanto dinero y promoción se le invirtió hace 18 años sin resultado.
En contraparte, esta misma semana el mandatario estatal acudió al senado y respaldó la controvertida Guardia Nacional y lo hizo con argumentos y números que le dieron encabezar en el pasado la Comisión de Seguridad en el senado, ser director general de aduanas y proponer varias leyes e iniciativas para acabar con delitos graves. La relación es buena, inmejorable para el estado y sin intermediarios.
De mi tintero… La relación que no es buena y podría complicarse en los próximos días, es la de la Procuraduría del estado y de la Comisión de derechos Humanos, pues además de las deficiencias que parece dispuesto a exhibir el ombudsman, también están los expedientes que los directores administrativos de la PGJEH y CEDH Maximiliano Hernández y Oscar de la Vega respectivamente, dicen tener listos para exhibir los excesos cometidos por Raúl Arroyo cuando estuvo al frente de Derechos Humanos y de Oscar de la Vega en la Procuraduría Estatal, habrá que esperar.