Formaron cadenas humanas, otros más se sumaron a las brigadas que partieron al rescate, algunos llegaron acompañados de sus familias a los centros de acopio, las escenas se repetían en cada municipio y comunidad del estado, era la sociedad organizada pero principalmente los jóvenes que había tomado la iniciativa de iniciar colecta, de ayudar, de ponerse al frente apenas pasaron las primeras horas del sismo.
No fueron convocados por el gobierno, partidos políticos u organizaciones sociales, ellos mismos en las redes sociales, se reunían en calles, avenidas y lugares emblemáticos de sus ciudades, salieron de las aulas y repuestos del susto y las noticias que llegaban de otras escuelas, empezaron a caminar a dominar y convocar; el poder de las redes sociales mostró como nunca un músculo y el lado positivo para transitar en una de las rutas más dolorosas de nuestro país.
Para ellos no hubo tiempo de lamentos, algunos apenas tuvieron tiempo de secarse las lágrimas por compañeros de algunos campus que habían fallecido o de los niños que aún estaban atrapados, y comenzaron a reunirse a pedir con cartulinas a hacer vírales imágenes, esta vez no eran memes, eran direcciones y lista de lo que se necesita llevar, así fue el devenir de las horas después de la tragedia.
En Hidalgo el amanecer del 20, se sentía la tristeza en las calles, se respiraba el luto, las escuelas estaban cerradas, pero los que no habían pasado lista de presente en las aulas lo hacían en las calles, se pintaban su nombre con papeles en su ropa e improvisaban centros de acopio con las mesas de sus casas y en sus grupos de amigos no había saludos de buenos días y selfies, solo una petición: ayuda y súmate.
México e Hidalgo, estaban de pie y mostraban su corazón, los jóvenes se encargaron de definir lo que en discursos se cansan de repetir los políticos, que ellos son el presente y el futuro del país, que conocen de momentos y rechazan el oportunismo, que por unos días pueden dejan la comodidad de sus hogares y salir a pedir por los que están en desgracia, que son actores principales y no espectadores de una desgracia, que las redes sirven para algo más que ridiculizar, exhibir y linchar.
Por todas esas imágenes, por todos esos momentos, por esos camiones de ayuda, por esas manos que han estado y lo estarán durante semanas más, estoy convencido que este país y estado, tiene mucho futuro, tiene fuerza y capacidad y es mucho más de lo que hemos creído, lástima que tiene que ser en medio de una tragedia, pero seguro estoy que esto permanecerá.
De mi tintero… Lamentable lo que hicieron funcionarios de la presidencia municipal enviados por Eduardo Pichardo queriendo condicionar la estancia de jóvenes en el reloj monumental a cambio de entregar la ayuda recolectada al DIF municipal…. no han entendido que hoy muchos no creen en las instituciones por muy claras que puedan ser sus intenciones…la historia nos ha mostrado qué hay razones de sobra para no creer en instituciones y haciendo lo que intentaron en la presidencia de Pachuca, solo termina por exhibir el lado miserable y obscuro del altruismo.