- Mal de amores
¿Quién no ha vivido una situación complicada en el transcurso de nuestra existencia, en la cual sin la ayuda de otra u otras personas sería imposible resolverla favorablemente? Es un hecho que, a lo largo de los siglos, el ser humano al vivir en sociedad ha ido evolucionando y ha logrado satisfacer sus necesidades más apremiantes, siempre a través de la solidaridad de sus semejantes.
Solidaridad, desde la Sociología se refiere a la actitud de unidad basada en metas o intereses comunes o también ayudar sin recibir nada a cambio, con el sentido de lo que se considera bueno y sin fines de lucro.
Este valor social, es también uno de los seis principios de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, por ello el 20 de diciembre de cada año se celebra el Día Internacional de la Solidaridad Humana, que puede expresarse en múltiples ámbitos: global, comunitario y familiar; Desde colaborar con causas internacionales hasta apoyar asociaciones locales, acompañar a personas del entorno cercano o implicarse en acciones de sostenibilidad, todas las formas contribuyen a tejer redes de apoyo y cohesión social.
En la actualidad, la solidaridad se manifiesta a través de una combinación de acciones cotidianas individuales, iniciativas comunitarias organizadas y movimientos globales impulsados por la tecnología y la empatía.
Pese a que las nuevas generaciones viven en una cultura individualista y cada vez con menos empatía entre las personas, es un alivio saber que siempre habrá alguien que esté dispuesto a extender su mano o que sea capaz de desprenderse de un bien o un alimento para compartirlo con quien lo necesite.
A manera de reflexión, se han preguntado: ¿Cómo a través de mi responsabilidad compartida, contribuyo con el bien común, especialmente hacia las personas vulnerables? Un buen propósito de año nuevo sería ser más solidarios con quienes requieran de nuestro apoyo.

