Los documentales Hasta el fin de los días y La mañana no comienza aquí se proyectarán este jueves 30 de julio en el Teatro Guillermo Romo de Vivar, como parte de la programación de la Semana de Cine Mexicano en Pachuca.
El primero, dirigido por Mauricio Bidault, se presentará a las 18:00 horas, y el segundo, dirigido por Iván Ávila Dueñas, a las 20:00 horas. Ambos directores estarán en el recinto para presentar sus trabajos cinematográficos.
Hasta 2013 la llamada «guerra contra la delincuencia» había dejado más de 100 mil víctimas y un clima de violencia y desconfianza en México. ¿Cómo viven esto las personas que diariamente la combaten desde las trincheras de la ciencia? Hasta el fin de los días narra a través los trabajadores del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses cómo se libra esta lucha en una de las zonas más violentas del país.
El filme, que cuenta con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), a través del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE), forma parte de la sección en competencia Largometraje Documental Iberoamericano.
La idea de realizar un proyecto como este, “es hacer reflexionar al público que la vea que estamos muy acostumbrados a prender la televisión y ver noticias de narcofosas, asesinatos, suicidios, en fin, y creo que eso no es parte de una sociedad sana. Detrás de lo que uno ve hay una tragedia que afecta a más de una persona y que no sólo es una nota que dura 20 segundos”, dice el director Mauricio Bidault.
Sobre La mañana no comienza aquí: Denisse tiene 23 años, vive en la Ciudad de México y quiere ser DJ. Laura Esquivel tiene 19 años, nacida y criada en una minúscula ranchería de Zacatecas: El Verde. Es pastora de cabras. Aunque parece improbable que se conozcan, cuando Denisse toca y Laura pastorea en el campo, en el mundo de sus pensamientos es factible la posibilidad de encontrarse.
El cine de Iván Ávila Dueñas no cede a las concesiones comerciales y de hecho el director se manifiesta en contra de las reglas que imperan en la creación del cine, por ello, intenta hacer de este lenguaje un vehículo de exploración y de búsqueda estética y narrativa como sucede con La mañana no comienza aquí.
El realizador zacatecano decidió con este filme poner en el mismo punto a dos mujeres, ambas de 20 años, una vive en la ciudad y sueña con ser Dj; mientras que la otra vive en un pequeño poblado en el sur de Zacatecas criando cabras. En ambos casos se trata de dos seres que buscan desde diferentes realidades alcanzar sus metas laborales.
Iván Ávila Dueñas elude mayormente la utilización de diálogos en este filme, con la idea de hacer que la imagen y la música sean los hilos conductores para narrar esta historia que libera las barreras entre el cine documental y de ficción, para proponer una historia mucho más cercana a la realidad.