En las últimas semanas, las playas de Quintana Roo y gran parte del Caribe han sido invadidas por toneladas de una especie de alga parda llamada sargazo que tiñe el mar de color ocre y despide un olor desagradable, causando afectaciones ambientales, pero también económicas.
Este fenómeno comenzó a registrarse en las playas mexicanas desde 2014 y afecta principalmente a Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum y Mahahual, aunque el sargazo se tiende a acumular donde hay bahías y caletas.
La presencia masiva de estas algas afecta además de los prestadores de servicios turísticos que atienden a los vacacionistas; a los pescadores y a los particulares que poseen yates o veleros, puesto que sus embarcaciones quedan en algunos puntos, estancadas entre el sargazo y se les dificulta zarpar o retornar al puerto.
Aunque aún no se han hecho estudios sobre las posibles afectaciones a la salud que pudiera provocar a los seres humanos, estas macroalgas marinas que flotan en el océano transportan organismos parientes de las medusas, lo que pudiera provocar picazón, además de ser molesto al enredarse en las piernas.
El sargazo que da mal aspecto a las playas también ha causado efectos negativos en el ecosistema ya que su remoción con maquinaria pesada provoca la erosión de las playas y destrucción de nidos y crías de tortuga. Mientras que al regresar al mar, se genera marea café, que es como agua chocolatosa que puede extenderse hasta 150 metros de la orilla. Los corales también se han visto afectados, en total se ha detectado la muerte de ejemplares de 50 especies en Puerto Madero, entre los que se encuentran peces, crustáceos y moluscos.
De acuerdo con los datos oficiales, se han retirado alrededor de 126 mil metros cúbicos de la macroalga.