El inicio de las campañas electorales en Hidalgo dejó dudas e incertidumbre entre los 10 partidos políticos y sus candidatos, frente a sus posibilidades reales de obtener resultados favorables en la elección del próximo 7 de junio, incluso al propio Partido Revolucionario Institucional (PRI) que ya no puede estar tan confiado de obtener el carro completo.
El tricolor hoy no puede presumir de tener a toda la estructura de su lado, que le hacía suponer un tránsito terso por las urnas, con ventajas de hasta 3 a 1 sobre sus adversarios.
El foco rojo se encuentra en Tulancingo, donde Jorge Márquez se ha convertido en el candidato incómodo y en tres días de campaña se dio cuenta que ni las dirigencias municipales tricolores pueden apoyarlo, por el contrario han sido factor para que le cierren las puertas y los accesos a sus actos proselitistas como ocurrió recientemente en la comunidad de los Reyes en Acaxochitlán, donde se tuvieron altercados verbales y el abanderado priista tuvo que retirarse.
Días antes, el ex presidente de Tulancingo, recibió otra muestra de rechazo, cuando en la reunión con los grupos políticos influyentes de la zona dejaron de asistir, Aurelio Marín, Enrique Macedo, Oralia Vega, Luis Marroquin, José Ponce Joaquin Arcega, Alberto Aranda del Villar entre otros.
Lo más preocupante, no es que lo hayan dejado sólo o rechacen su candidatura, lo preocupante es que dicen esa estructura y sus votos, parecen estar encauzados a la candidatura de Martha Soto García del Partido Encuentro Social que de inicio tiene mayor aceptación que la de Márquez Alvarado.
De mi tintero… parece que la mesa política se instalará en dos semanas más, pues ante los posicionamientos del PAN y PRD de acusar apoyos de dependencias públicas al PRI y Morena que se niega a dialogar, en la Secretaría de Gobierno han optado por llamarlos uno por uno a cada dirigente para «sensibilizarlos», luego vendrá la foto con los aparentes grandes acuerdos.
Columna de Leonardo Herrera.
Twitter: @herreleo.
