· Esta propuesta permitirá a los ciudadanos participar en el desarrollo de los espacios publicos
La Diputada Federal por el Distrito de Huejutla, Alma Carolina Viggiano Austria, presentó ante el pleno de la Cámara de Diputados dos iniciativas, dentro de la que destaca la que propone agregar un párrafo al artículo 4º de nuestra Constitución Federal para reconocer el derecho a la ciudad.
Viggiano Austria destacó que en todo el territorio nacional, la población urbana ha ido en aumento desde hace un siglo debido a que un porcentaje considerable de la población rural ha migrado a poblaciones urbanas y en éstas desarrollan su vida y la de sus descendientes. Destacó que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha registrado que en 1950, poco menos del 43 por ciento de la población en México vivía en localidades urbanas, para 1990 el porcentaje era de 71 por ciento y para 2010, esta cifra aumentó a casi 78 por ciento.
Por ello, aseguró que “el derecho a la ciudad es una forma de democratizar el espacio público y dotarlo de una función social que potencialice el desarrollo humano de todos los que habitemos en ellas. Este derecho también alcanza a las poblaciones rurales porque en la medida en que su población incremente y que el Estado actúe para urbanizar su espacio, en esa medida tienen derecho a decidir sobre cómo quieren su espacio público”.
De acuerdo con los argumentos de la iniciativa presentada, el flujo migratorio hacia las ciudades ocurre porque en ellas se concentra la riqueza del país y con ello las oportunidades laborales, sin embargo, el desarrollo de la industria y el comercio, principalmente, exige una mayor preparación de los trabajadores y ello excluye a quienes no tienen la formación técnica o profesional requerida.
Carolina Viggiano señaló que “en las ciudades, el espacio público se desarrolla principalmente en función de intereses económicos, obviando el interés ciudadano y la necesidad de combatir la pobreza, la provisión de viviendas dignas y decorosas, el acceso a la cultura, la educación, a un ambiente sano, al esparcimiento, al deporte, entre otros, y ha favorecido el establecimiento de los llamados cinturones de miseria”.
De acuerdo con la Organización de la Naciones Unidas, los cinturones de miseria son símbolos casi naturales del crecimiento económico desordenado de nuestro tiempo y están frecuentemente asociados con esos grandes asentamientos precarios en que miles de personas sobreviven sin servicios básicos, en casas de cartón, hacinados, en medio de profunda descomposición social, pobreza, violencia y desencanto.
Es por eso que la iniciativa presentada “tiene el propósito de devolverle al ciudadano el derecho a decidir sobre su ciudad, tanto en el sentido físico del espacio, como el vivencial o de la experiencia, el derecho a la ciudad va más allá de una obligación del Estado de urbanizar al país, el derecho a la ciudad es un derecho universal que plantea que el crecimiento de las poblaciones sea ordenado y que en él se ponga especial énfasis en los intereses locales del ciudadano que ha hecho de la ciudad su hogar, brindándole mecanismos efectivos de participación”, puntualizó.