- Mal de amores
La UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) tuvo el acierto de instituir el 11 de octubre del 2011 como el Día Internacional de la Niña, dicha fecha, permite reflexionar sobre los problemas que viven las niñas en la actualidad, así como promover su liderazgo en esta época de crisis.
Cuántas veces hemos escuchado a una madre gestante lamentarse porque el sexo femenino del ser humano al que dará a luz, o que recién nació, porque “las niñas sufrimos más”; lo cual lamentablemente es cierto, es una realidad que desde pequeñas llegamos a sufrir un tipo de discriminación, también fuimos educadas para temerle a muchas situaciones a las que nos debíamos enfrentar cuando creciéramos, excepto a la maternidad y a los quehaceres domésticos.
Cada vez vivimos un mundo convulsionado, en el que los sucesos catastróficos, tienen efectos directos en el sector femenino de la población y más en la niñez; por ejemplo: la guerra impacta a las niñas de manera devastadora, provocando traumas psicológicos, interrupción de la educación, violencia física; ellas se ven obligadas a huir de sus hogares, sufren desnutrición, enfermedades, son más vulnerables al reclutamiento, la explotación, experimentan un trauma emocional duradero que afecta su desarrollo cognitivo y social.
Aunque tardíamente, los representantes de estas naciones ya se están realizando acciones para lograr la paz entre Israel y Palestina, el daño es irreversible, porque se estima que al menos 64 mil niños y niñas han muerto o resultado heridos, con un número creciente de personas al borde de la inanición.
Considero que esta fecha debe recordarnos la prioridad de contribuir a que las niñas no sean quienes más sufran y recordar que son sujetas de derechos, como el derecho primordial a vivir una vida libre de violencia, a tener un desarrollo digno y una familia que las ame y las proteja.