
Alrededor de las 9 de la mañana policías municipales y estatales acompañados de un actuario y cargadores, arribaron a sus domicilios para desalojarlos de las viviendas que han ocupado por más de cuatro décadas.
Aunque los afectados señalan que tienen 44 años viviendo en esa propiedad y aseguran tener las escrituras que así lo acreditan, un fallo judicial reconoce como propietario legal del predio al señor Jesús Pérez Morales quien con el apoyo de la fuerza pública logró la ejecución del oficio de desalojo 329-2007.
Varias camionetas de diversos tamaños sirvieron para cargar las pertenencias de las personas desalojadas; desde temprana hora los muebles, ropa y demás artículos fueron empacados en cajas de madera para sacarlos de las viviendas, los negocios entre ellos un auto lavado, una tienda de abarrotes, un taller de mármol, y un taller de mofles fueron desmantelados en su totalidad, posteriormente maquinaria pesada derribó las construcciones.
Uno de los afectados Juan José Hernández señaló que el terreno en pugna se encuentra en una zona mercantil donde se ubican los negocios y las viviendas que formaban parte de su patrimonio, el cual en cuestión de minutos despareció dejándolos en la calle pues asegura que no tienen a donde ir y tuvieron que solicitar el apoyo de amigos y conocidos para poder recoger sus pertenencias y llevarlas a un lugar seguro.
Las familias afectadas aseguran que la orden de desalojo se emitió en el año 2013, sin embargo ellos estaban realizando algunos trámites para tratar de revertir el fallo a su favor, además comentan que no recibieron una notificación de manera formal ni tiempo suficiente para buscar otro lugar donde vivir.
Por su parte la señora Guillermina Manreza afirmó que tiene 44 años viviendo en el lugar y desconoce a la persona que reclama el predio como dueño legítimo.
Las 7 familias que perdieron todo su patrimonio buscaron refugio con amigos y familiares ya que en cuestión de minutos los negocios y hogares quedaron reducidos a escombros, la pelea por el predio se dio entre un ejidatario quien reclamó el lugar como parte de sus tierras, mientras que los afectados aseguran que el terreno es suyo y pertenece a la zona urbana, sin embargo después de varios años en pugna se quedaron en la calle.
