Enfundado en ropa deportiva en la que se puede leer su nombre sobre los aros olímpicos en el lado izquierdo y la leyenda Campeón Paralímpico Atlanta 96 en el lado derecho, el hidalguense Alejandro Guerrero Baños habla con entusiasmo de su presente, que consiste en compartir su pasado con personas de diversas edades y estratos, con el afán de estimularlos para que practiquen deporte y luchen por cumplir sus sueños.
Apoyado por el gobierno que encabeza José Francisco Olvera Ruiz, a través del Instituto Hidalguense del Deporte (Inhide), que dirige Salvador Franco Cravioto, el oriundo de Mineral de la Reforma ha visitado municipios como Molango, Tizayuca, Ixmiquilpan, Tulancingo, entre otros, donde en coordinación con autoridades locales ha impartido charlas motivacionales.
El objetivo de estos encuentros con la población es dar el mensaje de confianza en sí mismo con base en su experiencia y por supuesto de los beneficios del deporte como un estilo de vida, en el que además se involucra al círculo cercano de familiares y amigos.
“Si yo puedo, tú también puedes” es el mensaje intrínseco en sus disertaciones, en referencia a su carrera como atleta ciego, lo complicado que llega a ser escalar en el trayecto deportivo de alto rendimiento y cómo ha podido superar las adversidades.
En su vestimenta, pero sobre todo en la memoria, lleva la remembranza de aquella medalla de oro en los 10 mil metros planos de los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996, cuando superó por poco más de 45 segundos al estadounidense Henry Willis.
Por supuesto no soslaya la presea de plata que obtuvo en los 5 mil metros, cuando fue superado por menos de dos segundo por el portugués Paulo de Almeida Coelho y por apenas un segundo volvió a imponerse al corredor de casa Willis.
Lo que se vive al momento de una competencia, la emoción, la ansiedad por dar hasta el último aliento cuando se sabe cercana la meta, aunque se vaya al frente del grupo, siempre un segundo menos será un paso más a la gloria, al triunfo.
De esto habla Alejandro Guerrero, pero sobre todo, de cómo el deporte marca para mejorar la vida, tanto en el estado físico, como en el mental, pues asegura, lo negativo se ahuyenta con la práctica constante de alguna disciplina deportiva, quienes lo han experimentado saben que sus pensamientos se orientan positivamente.
Además, el atleta lleva un mensaje a nombre de las personas con capacidades diferentes, pues no sólo en la pistas y en los obstáculos que tienen que superar dentro del deporte se hace manifiesta la falta de orientación para atender a este sector, sino en todas las acciones de la vida cotidiana y no se trata sólo de autoridades, sino sobre todo, de la población en general.
Para los atletas ciegos faltan guías, personas dispuestas a aprender la forma de conducir a quien no puede ver en una carrera, a involucrarse con la persona como si fuese uno mismo, pero en las calles, falta mucho más y todo empieza por el respeto.
Alejandro Guerrero tiene en proyecto crear una escuela de atletismo, en la que podrá compartir detalles técnicos y experiencias específicas, pero por lo pronto se enfoca en las charlas motivacionales, en estar informado del acontecer deportivo y por supuesto en su ejercicio habitual de una hora y media diaria que comparte con su esposa Lourdes Palacios.