A un mes de que sufriera un atentado, la procuraduría General de Justicia no ha hecho nada, aseguró Diana Marroquín Bayardo, quien manifestó que insistirá hasta que el caso sea investigado hasta sus últimas consecuencias al haberse encontrado mayores elementos de prueba para dar con los autores del ataque en su contra. Manifestó también que de momento desiste a su u intención de declararse en huelga de hambre para ejercer presión a que las autoridades de la PGJ hagan su trabajo toda vez que después de un chequeo médico le fueron detectadas situaciones preocupantes de salud que pueden poner en riesgo su integridad física, además de asegurar que ese no será impedimento para que insista en que se tenga que hacer justicia. Dijo que desiste momentáneamente de su huelga de hambre debido a que mi salud no está en las condiciones optimas necesarias para poder iniciarla, debido a los estados de crisis por la firma en que se han dado las circunstancias y por la reconstrucción de los hechos del atentado ya que son situaciones que impactan y mueven otra vez emociones que fueron detectadas por médicos que hicieron las revisiones, quienes manifestaron que además de taquicardia estaba a punto de la parálisis facial.
“Pese a todo sigo viendo una serie de anomalías y no veo una prontitud de justicia y eso me lleva a preguntar nuevamente ¿Dónde está el señor procurador?”.
Añadió que como muestra de agradecimiento a los habitantes del distrito que votaron por ella el pasado 1 de julio iniciará un recorrido por todo el distrito, donde llegará apoyada de brigadas médicas entre otras para apoyar a la población entre la que detecto graves carencias y para darles gracias por los 27 mil 402 votos que me dieron mis paisanos, voy a estar en diferentes colonias con gente para cambio de imagen, corte de cabello, en otras una brigada para atención dental y hasta de apoyos jurídicos. Aseguro que persiste el temor de sufrir un nuevo atentado al referir que siguen las amenazas en su contra lo cual se recrudece al ser informada que le será retirada la seguridad especial que se le había brindado después del ataque en su contra, además de asegurar que carece de medios económicos propios para mantener su seguridad.