
Luego de que Juan Pacheco García, vecino de la colonia Coco Chico de Huejutla, denunciará públicamente a elementos de la Dirección de Seguridad Pública y al Juez Conciliador de haberle despojado de sus pertenencias y aplicarle una tarifa excesiva, Edgar Silva Hernández realizó la aclaratoria correspondiente, y aseguró que dicho ciudadano miente en todas sus declaraciones.
Afirmó que Juan Pacheco García, primeramente fue asegurado en la vía pública haciendo sus necesidades fisiológicas por elementos de la Policía Estatal y no Municipal como lo refiere, así mismo argumenta que al ser entregado a la barandilla municipal, se les puso de conocimiento que traía en su poder un celular, un cinturón y una caja de pan únicamente.
Cabe mencionar que al realizar la entrevista, el Juez Conciliador Municipal mostró cada uno de los documentos oficiales, descartando así que haya sido despojado de sus pertenencias.
Al hablar sobre el tema de la multa económica aplicada, reveló que está avalada en el tarifario con el que cuenta dicha área, además de estar avalado por el bando de policía y buen gobierno, reveló que Juan Pacheco dijo ser empleado de una panadería y no jornalero como lo hace públicamente.
Acepta que la ley reconoce que en caso de haber sido jornalero, su multa debió haber sido tasada aun día de salario, pero que al identificarse como empleado dicho artículo no puede entrar en vigor.
Silva Hernández, va más allá al establecer que la persona asegurada, presentaba un segundo grado de intoxicación etílica, mismo que fue avalado por el médico legista y por el aparato del alcoholímetro que registró dicho dato.
El funcionario municipal, lamentó que se haya difundido en un medio de comunicación una información carente de sustento, pero sobre todo cuando se es cómplice de una burda difamación por un ciudadano que mintió y que se encontraba bajo los efectos del alcohol.
Finalmente, dejó en claro que además de tener un comportamiento grosero durante su detención, Juan Pacheco fue abandonado por la persona que acudió a saldar su multa, en virtud que de igual forma fue agredido verbalmente, demostrándose una vez más que dicho ciudadano nunca estuvo en sus cinco sentidos.