Asegura el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo, Raúl Arroyo, que en la recta final de su gestión al frente de este organismo el diagnóstico es desfavorable al encontrar problemas graves como la tortura y el incumplimiento de los derechos humanos por la alta marginación.
A casi un mes de que concluya su periodo al frente del organismo el ombudsman señaló que se pudieron visibilizar problemas graves que se registran sobre todo con los cuerpos policiacos que violentan de manera sistemática los derechos humanos, en este tiempo al frente del organismo pudieron detectarse al menos cinco casos de tortura.
Dichas faltas fueron cometidas dijo por agentes de seguridad pero además la gravedad, es que estas no son aceptados por el secretario de Seguridad Alfredo Ahedo, «nosotros pudimos comprobar que se llevó a cabo este delito», lamentó.
Hasta agosto este organismo había recibido un total de 811 quejas, de las cuales 468 fueron en contra de la Secretaria de Seguridad y de las Policías municipales.
Añadió que la violación a los derechos humanos por parte de los agentes policiacos no ha mostrado una disminución y por el contrario se mantiene e incluso es superior. Consideró que la pobreza y alta marginación que se vive en la entidad son un elemento que no ha permitido superar la problemática.
En este sentido, refirió que el panorama es grave, sobre todo porque algunos casos no han sido aceptados por el jefe policiaco; de las cinco quejas por tortura, sólo se aceptó de manera parcial una de ellas, lo que se traduce en una falta de cultura para el respeto de los derechos humanos, lo que es en detrimento de la población.
Además de los cinco casos de tortura que fueron comprobados se ha detectado que los agentes de seguridad incurren de manera permanente en el abuso de autoridad, y detenciones arbitrarias, lo que hace imperante una revisión del tema al interior de los cuerpos de seguridad, no sólo del estado, sino también en las 84 demarcaciones que lo integran.