A más de un mes del hundimiento registrado en la comunidad de Cuatlimax en Tlanchinol donde 17 construcciones resultaron severamente dañadas y están abandonadas, además de otras tantas en zona de riesgo, los afectados continúan viviendo en casa de familiares esperando una solución concreta por parte de las autoridades.
El hundimiento se registró en esta comunidad la madrugada del pasado 14 de Septiembre, hoy a más de un mes del desastre el camino principal sigue hecho pedazos, unas cintas amarillas con la leyenda de precaución y unos metros de tela de alambre impiden transitar por lo más peligroso, los habitantes continúan su vida caminando por los escombros.
De acuerdo con información del delegado de la comunidad Javier Hernández 16 casas resultaron con severos daños y tuvieron que ser desalojadas por recomendaciones de protección civil, así como la capilla de la localidad, todas están vacías sus propietarios ahora viven con familiares y se llevaron sus pertenencias ante el temor de perderlas, las construcciones que antes fueron hogares hoy están abandonadas.
Tal es el caso del señor Quirino Espinoza quien con años de esfuerzo construyó su hogar y ahora lo perdió todo, el señala que a más de un mes de lo ocurrido se han acercado funcionarios y dependencias a evaluar la situación y ofrecer ayuda pero hasta el momento no hay soluciones concretas, ya que les ofrecieron ayuda para construir sus casas o darles viviendas prefabricadas pero es necesario reubicarlas en un terreno seguro con el cual no cuentan pues carecen de recursos para comprar predios cuyos dueños ofertan entre 30 mil y 50 mil pesos, la mayoría de la gente se dedica al campo y los sueldos son muy bajos por lo que no podrían adquirir otro terreno.
Los pobladores viven con el temor de que llueva y la tierra siga reblandeciéndose y se hunda más pues aseguran que nuevas grietas han ido apareciendo sobre el terreno, aunado a esta situación más de 10 viviendas de esta comunidad se encuentran dentro del polígono de riesgo al estar asentadas muy cerca de las grietas.
Por el momento los afectados continúan esperando la ayuda de las autoridades, las gruesas lozas de concreto que formaban el camino yacen rotas entre el lodo, las viviendas unas cubiertas de tierra, otras con fracturas que las atraviesan o en ruinas se van llenando de maleza y humedad, el patrimonio de muchas familias hecho a base de esfuerzo se desmorona lentamente, mientras tanto 2 elementos de seguridad pública municipal recorren la localidad resguardando los inmuebles, la iglesia luce vacía y decorada con una enorme grieta que la atraviesa, el tiempo pasa y la esperanza de la gente se desgasta.