No le voy a contar de qué trata la película Maléfica, pues si usted planea verla, contarle la trama sería inadecuado. Lo que sí le contaré, son algunas preguntas y reflexiones que me surgieron después de ver este filme.
La primera interrogante: ¿las mujeres podemos ser felices sin el príncipe azul? Yo creo que sí. Decir lo contrario, sería afirmar que las mujeres jamás encontraremos la felicidad pues, dígame usted, si el verdadero príncipe azul existe. Claro que no. No hay mujeres ni hombres perfectos, sino personas con defectos y virtudes. Créame que, entre menos defectos reconozca en usted mism@, menos defectos tolerará de su pareja e irá de decepción en decepción. Así que, relájese. Todos cometemos errores y todos tenemos defectos. Somos humanos, no hay que olvidarlo.
Entonces, la primera afirmación es: sí, las mujeres podemos ser felices sin el príncipe azul. Tal vez no para siempre, pero sí podemos serlo en cuanto llega la pareja idónea, con la que vivamos una grandiosa historia de amor y construyamos un real proyecto de vida. Segunda afirmación: en la espera, sí podemos ser felices (como le pasa a Aurora en Maléfica).
Segunda pregunta: ¿el beso de amor del príncipe ya no sirve para nada? Claro que sí sirve. Recuerde, ahora, a un gran amor. La historia vivida, los momentos compartidos, los abrazos, los cariños, las palabras, los besos. No conozco algo más placentero que eso, y vaya que tenemos muchos placeres en esta vida. Pero, el amor verdadero no puede surgir con solo ver a una persona, eso que llaman “amor a primera vista” debería llamarse “enamoramiento a primera vista”. Podemos, tal vez, sentirnos fuertemente atraídos por una persona y, después, comprobar que es tan hermosa por dentro, así como por fuera; sólo entonces surge el AMOR: el que se da por el conocimiento pleno de la otra persona.
Y, la última: ¿el amor verdadero sólo puede existir entre hombre y mujer? No lo creo. Recordé: “amaos los unos a los otros” que dicha por quienes creemos, es un mandato. Hay que amar, no solo a nuestros amigos… también hay que amar a quienes nos hacen daño. Ese mandato, es difícil de cumplir, pero hay que hacerlo. Eso, me parece que es lo más novedoso del argumento de “Maléfica.
Prosigo con la reflexión… Entonces, si tenemos que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, ¿cuántos tipos de amor existen? Infinidad de ellos. Lo que nos enseña esta película es que las mujeres también podemos querernos, a pesar de considerarnos rivales. Podemos apoyarnos, luchar juntas. Sí existe esa clase de amor que nace de la amistad entre mujeres, al que la Teoría de Género nombra como “sororidad”, y que busca crear mundos donde podamos vivir en paz, dejar de hacernos daño entre nosotras. El amor entre amigas, entre mujeres heterosexuales también es posible, porque el amor romántico no es el único tipo de amor, afortunadamente.
Desde niñas, hemos creído y crecido en cuentos que sobrevaloran al amor romántico, pues nos hicieron creen que sólo quien encuentra pareja es feliz. Yo soy una eterna creyente de que el amor de pareja es una de las experiencias más placenteras que podemos encontrar. No hay lugar más hermoso, que verse en los ojos de quien se ama, de reposar en su abrazo. Pero, insisto, no es el único tipo de amor. Qué bueno que volteemos a ver que el amor está en todos lados, que podemos encontrarlo hasta en un corazón lastimado y endurecido. Gracias, Maléfica.