Lizbeth Campos Flores estudia cuarto semestre del Puericultura en la Casa de la Mujer Hidalguense, y eligió a esta escuela porque se la recomendó una amiga. Ella pertenece a las últimas generaciones que aún conocieron las antiguas instalaciones, en la Plaza Juárez de la capital hidalguense. “Agradezco a la señora Guadalupe Romero Delgado quien hizo posible que esta institución fuera para nosotras, fue un gran cambio”.
Esta alumna, al igual que sus compañeras, ha podido aprender más y mejor gracias al laboratorio de Puericultura de esta escuela, el cual cuenta con todos los materiales necesarios para realizar sus prácticas. A su corta edad, es madre soltera de una niña de cinco meses de edad. En las nuevas instalaciones, durante los últimos meses de embarazo utilizó el elevador para no correr riesgos.
“La escuela comprendió mi situación y me dieron la oportunidad de seguir con mis estudios; sobre todo, me comprendieron y me escucharon”. Su actual proyecto de vida, como madre joven y estudiante, es terminar la carrera, conseguir un empleo que le permita trabajar entre semana y cursar la universidad los fines de semana. Aspira a ser pedagoga, e investiga dónde podría estudiar esta carrera de manera abierta o en línea.
Eligió Casa de la Mujer Hidalguense pues el convivir con sólo mujeres le pareció un entorno más seguro para concluir sus estudios de bachillerato bivalente. Esta institución le ha enseñado a ser una mujer responsable y dedicada. “Tengo una beca completa para continuar mis estudios y sólo gasto en pasajes”, afirma.
Está decidida a ser una guía para su bebé, Erandi Sofía. “Quiero que vea en su mamá un buen ejemplo; enseñarle que el hecho de que se presenten dificultades en tu vida no quiere decir que una deba darse por vencida, quiero que vea que su mamá se fijó una meta y la consiguió, que me vea como una gran madre y un gran padre a la vez”, expresa emocionada.