No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.
Voltaire
A mis colegas periodistas
¿Qué tanto debemos callar a diario? A pocas personas nos han enseñado a expresar desacuerdos, dar una opinión contraria y/o expresar sentimientos negativos de forma asertiva. Hemos aprendido que agradar a los demás, es lo aceptable y que tener una opinión distinta a la de otra persona puede causar conflictos. Nos hacen creer que callando, nos vemos más bonitas y bonitos.
Cada 7 de junio celebramos el Día de la Libertad de Expresión; las y los colegas periodistas nos felicitamos como si fuera nuestro día aunque, en realidad, debería ser el día de todas y todos y resulta que es de muy pocos. ¿Por qué? Porque vamos por la vida callando con cierta frecuencia lo que quisiéramos expresar.
En el Artículo 19 de la «Declaración Universal de los Derechos Humanos», se lee: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.»
Es común encontrarse con personas que no expresan fácilmente sus opiniones, que no pueden decir que no, que se subyugan a la necesidad de los otros y terminan haciendo cosas que no son su deseo. Por otro lado, están las personas que hacen de todo por imponerse a los demás. En el primer tipo de personas, están las sumisas y, en el segundo, las agresivas. ¿Cuál es el punto medio? ¿Cómo puedo expresarme sin someterme ni agredir?
Si usted cede y deja de plantear sus pensamientos y sentimientos, toma una actitud sumisa; si usted impone sus ideas sobre las de otras personas, y es capaz de manipular para tener la razón, es usted una persona agresiva.
El psicoterapeuta Walter Riso, famoso por su presencia en las redes sociales, afirma que “entre el extremo nocivo de los que piensan que el fin justifica los medios y la queja plañidera de los que son incapaces de manifestar sus sentimientos y pensamientos, está la opción de la asertividad: una forma de moderación enfática, similar al camino del medio que promulgaron”
Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se sitúa en un punto intermedio: “un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos” nos dice la Wikipedia.
¿Cómo es una persona asertiva? Comunica sus ideas, pensamientos y sentimientos de forma clara. En un curso sobre Manejo de Estrés, el psicólogo Emilio Badillo Granados refirió algunas de las características de las personas asertivas:
1. Evita la manipulación de los demás.
2. Se comporta según sus ideas, sin herir o dañar a los demás.
3. Sabe cuándo decir que no, y cuándo decir sí, pues tiene claro lo que desea.
4. En las discusiones, expresa cómo se siente y escucha al otro.
5. No deja que sus necesidades se vean pisoteadas por las necesidades de los otros.
Renny Yagoseky, líder del Movimiento de la Autoayuda en Venezuela, afirma que “la asertividad es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir, actuando desde un estado interior de auto confianza, en lugar de la emocionalidad límite típica de la ansiedad, la culpa o la rabia”.
Felicidades a todas y todos quienes ejercen su libertad de expresión, pues saben utilizar las herramientas de la asertividad. Un abrazo a las y los periodistas quienes hacen del 7 de junio y de todos los días, una oportunidad para defender este derecho humano fundamental.