El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que, entre 2018 y 2020, hubo un incremento de la población en situación de pobreza de 51.9 a 55.7 millones de personas, es decir, un aumento de 41.9% a 43.9%.
De acuerdo con el Coneval, una persona se encuentra en pobreza cuando no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades y presenta al menos una de las seis carencias sociales: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, calidad y espacios de vivienda, servicios básicos de vivienda, así como el acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
De acuerdo con los resultados de la ‘Medición multidimensional de la pobreza en México 2018-2020′, en 2018 había 8.69 millones de personas en situación de pobreza extrema, mientras que, en 2020, año de la pandemia de COVID-19, el número de personas en esa situación que presentan tres o más carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria, alcanzó los 10.8 millones en 2020.
“La emergencia sanitaria por la Covid-19 ha profundizado los desafíos que enfrenta la política de desarrollo social en todos los ámbitos, principalmente, en el ingreso, salud, educación y alimentación de la población mexicana”, dijo Coneval en un comunicado.
Los Estados orientados a los servicios turísticos fueron los más afectados, por la interrupción de la llegada de turistas, y el impacto se registró con mayor medida porque en el periodo en que se levantó la encuesta de Inegi, durante 2020 se estaba viviendo de una forma más fuerte el impacto de la pandemia del Covid-19
La población en pobreza en Quintana Roo saltó del 30,2% al 47,5%, casi la mitad de sus habitantes, y en Baja California Sur, del 18,6% a 27,6%.
En total, 19 de las 32 entidades presentaron un deterioro respecto a 2018.
Paradójicamente, Chiapas y Oaxaca, las entidades con un mayor atraso histórico, registraron mejoras respecto a 2018 aunque todavía se mantienen en niveles muy altos. La población en pobreza en Chiapas pasó del 78% al 75,5% y en Oaxaca, bajó del 64% al 61%. La actividad agrícola, que tiene un mayor peso en estas dos entidades, fue la menos afectada por el confinamiento.