- Afectado por la lucha entre tribus
Ha sido la historia de su trayectoria en la política mexicana, sin embargo ahora la lucha entre los grupos internos (tribus) y la salida de liderazgos, ponen al Partido de la Revolución Democrática (PRD) en un horizonte poco alentador y el augurio de pelear cuando mucho un cuarto lugar en las elecciones federales del próximo año.
De acuerdo a expertos en la materia, que ven el mayor declive perredista desde la salida de Andrés Manuel López Obrador, aunque éste en su momento por supuesto fue minimizado, la crisis en el Sol Azteca se ha agudizado y sigue su curso hacia escenarios poco favorables para ese instituto político.
Hay tres posibilidades para el PRD en su camino hacia el 2018, uno de ellos es aliarse con el Partido Acción Nacional (PAN), que asegura el senador Miguel Barbosa, es la trayectoria que pretende seguir el también fundador del PRD, Jesús Ortega, sin reconocer el liderazgo de izquierda de López Obrador.
Precisamente unirse a la virtual candidatura del tabasqueño es otro de los trayectos que puede seguir el perredismo, vía que por supuesto apoya el senador Barbosa, quien ha manifestado abiertamente su adhesión al proyecto del dirigente nacional de Morena.
Por supuesto el tercer camino es la postulación de un candidato propio, opción para la que recién se apuntó el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, quien asegura buscará la candidatura a la Presidencia de la República como “una opción de izquierda moderna y progresista”.
En cualquiera de los tres escenarios y aunque los números indiquen la continuidad del Sol Azteca en el panorama político mexicano, el destino que le ven los analistas es de convertirse en un partido pequeño.