
Una denuncia ciudadana fue fundamental para que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, comisionados a la región de Tula de Allende, realizaran la detención de dos personas que dijeron ser miembros de un grupo delictivo y a quienes se les relaciona con varios secuestros, de los cuales narraron su intervención.
Tocó al personal de la Coordinación de Investigación Grupo Tula, recibir la alerta de que en el Centro de Tlaxcoapan se encontraba un vehículo sospechoso marca Honda, tipo Civic, color blanco, en el cual estaban dos personas una del sexo masculino y otra del género femenino, quienes se les hacían sospechosas a los vecinos.
Los agentes recibieron la instrucción de atender el caso y de las entrevistas que realizaron supieron que desde el 27 de agosto del año en curso, unas personas que iban en un auto Honda preguntaban por un vecino de la localidad, al verificar la información localizaron en la avenida principal el vehículo, pero al interceptarlos una persona del género masculino con palabras altisonantes exigió que se retiraran del lugar, ya que trabajan para una organización criminal.
Así mismo amenazaron a los agentes al advertir que más tarde llegaría gente de su organización, que se iba a encargar de golpear a los oficiales y que era mejor dejarlos trabajar.
Ello provocó que los policías decidieran el aseguramiento de quienes se identificaron como Bertha Martínez Soto y Juan Pablo López Montiel, a los cuales se les trasladó a las oficinas de la Coordinación de Investigación de Tula de Allende, para las entrevistas correspondientes.
Bertha Martínez Soto, de 34 años de edad, con domicilio en la colonia Noxtongo de Tepeji del Río, manifestó que trabajaba en el bar “Génesis, que en enero del año en curso, llegó un individuo, que dijo ser Jefe de la organización delictiva y la invitó a trabajar, que su función inicial fue buscar casas para integrantes del grupo.
Luego de su ingreso le comentaron que ya no se podía salir, porque su familia iba a sufrir las consecuencias, por su función inicialmente recibía dos mil pesos quincenales y después le aumentaron a cinco mil pesos.
Bertha Martínez confesó que tuvo participación en algunos secuestros, que primero investigó horario de entrada y salida de un trabajador de nombre Saúl, quien labora en Cruz Azul, también participó en el secuestro de otro empleado de Pemex y le tocó vigilar en el Puente que va hacia Tlahuelilpan.
Martínez Soto relató que supo por sus compañeros, que el Viernes 23 del mes y año en curso, secuestraron a una pareja de novios de Atotonilco de Tula, delito relacionado con la averiguación previa 16/I/2401/2013.
También informó que participó en el Secuestro de un vendedor de tacos en la Localidad de Jorobas, otro secuestro en el que intervino lo cometieron en Atotonilco de Tula, donde plagiaron a un individuo que tiene casas de material para construcción.
Asimismo refirió que a las personas secuestradas por las que pagaron rescate, las dejaron en libertad.
En su confesional Juan Pablo López Montiel dijo que a finales de Noviembre del 2012, ingresó a la organización, que inicialmente su función fue vigilar por las diferentes rutas de acceso y salida en las ciudades; además de verificar a personas para privarlas de su libertad y pedir el rescate correspondiente, por eso le asignaron sueldo de dos mil quinientos pesos semanales.
Al continuar aseveró que tuvo participación en investigaciones para secuestros, que colaboró en el plagio del ingeniero Hernán, trabajador de Pemex y que luego le ordenaron pasar por los que participaron en el delito.
Finalmente Juan Pablo confió que el miércoles 28 de agosto del año en curso, fue con Bertha para ubicar a Isaías Velázquez, ya que tenían la intención de secuestrarlo pero cuando esperaban a la víctima fueron interceptados por los agentes investigadores.