
— Presenta la CDHEH la novela justicia, de Gerardo Laveaga
— Coloca en el debate al estado de derecho en México
— Es un retrato de los factores que provocan sentido reclamo social
— Una lectura para promover el respeto a los derechos humanos
“Justicia es lo que queremos, lo que buscamos, lo que deseamos; se ha convertido en casi un acto de fe. La justicia es un fin colectivo”. Así inició su intervención Gerardo Laveaga, autor de la novela Justicia que fue presentada por la Comisión de Derechos Humanos del estado de Hidalgo, CDHEH, en el marco de sus actividades de difusión y promoción a cargo de la Secretaría Ejecutiva del organismo defensor.
Ante un auditorio compuesto por funcionarios gubernamentales y de los órganos autónomos, miembros de la judicatura, representantes de organismos ciudadanos, organizaciones de profesionales, intelectuales, profesores y estudiantes, el autor, quien se autodefinió como abogado y novelista, expresó el propósito de escribir esta novela: hacer una reflexión acerca del funcionamiento de las instituciones encargadas de hacer posible la justicia en nuestro país.
Para hacer la presentación de Justicia, la CDHEH invitó a los politólogos José Luis Antón y Samuel Schmidt, quienes hicieron sus comentarios desde dos distintos enfoques: Antón señaló que en México la justicia es casi una coincidencia. Buscar justicia, dijo, es caro, tortuoso y a veces, prácticamente, una contradicción. Se refirió a la oportunidad del libro de Laveaga, que invita a la memoria: llevamos, dijo, varios años de icónicos casos de impunidad, de historias en las que el más fuerte, el más violento, lleva las de ganar, en un complejo sistema de intereses que viste de legal lo injusto y perpetúa la desconfianza ciudadana en las instituciones.
Schmidt expresó que la aplicación de la ley es moneda de cambio para satisfacer apetitos bajos y pasiones, a veces más bajas aún. Y subrayó que, el autor da en el clavo: no hay democracia sin justicia, no hay democracia sin libertad, no hay libertad sin justicia y no hay justicia sin democracia, por eso la justicia debe ser ciega y afectar sin distingo a las partes que deben ser iguales.
En su intervención, con una óptica jurídica, el Ombudsman Raúl Arroyo, calificó el libro presentado como una fotografía de conjunto, donde aparecen las instituciones y los actores que intervienen en los procesos de procuración e impartición de justicia: escuelas y estudiantes de Derecho; Ministerio Público y juzgadores; los abogados litigantes y el sistema penitenciario; los legisladores y los defensores de derechos humanos; los cuerpos policiales y los medios; todos con sus fortalezas y debilidades, evidenciando su corresponsabilidad en la situación que hoy mantiene uno de los reclamos más sentidos de la población. También destacó Arroyo, el lenguaje utilizado por Laveaga para trasmitir también las percepciones que la población tiene frente al sistema de justicia penal.
Después de la presentación se generó un interesante debate entre el autor y los asistentes. Gerardo Laveaga, quien ha dirigido el Instituto Nacional de Ciencias Penales, INACIPE, y es actualmente comisionado en el Instituto de Acceso a la Información, IFAI; recibió al final, una medalla conmemorativa del XX aniversario de la CDHEH y dedicó numerosos ejemplares de su libro.