Recientemente una asociación civil española, ha propuesto a la Organización de las Naciones Unidas(ONU), que el 16 de diciembre, sea el Día Internacional de la Soledad no Deseada, circunstancia que se presenta en su mayoría, en las personas de la tercera edad.
La soledad, afirman, no es encontrarse sin compañía, pues se puede estar solo en medio de una multitud, entonces, la soledad es no contar con alguna persona que pueda ayudarnos a resolver un problema, sin importar la magnitud de éste.
Por su parte, la destacada antropóloga mexicana y especialista en género, Marcela Lagarde, refiere quepara las mujeres, el concepto de soledad, suele confundirse con el de desolación y por lo tanto, es esencial saber diferenciarlas: “Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad, así que el miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía, porque desde muy pequeñas y toda la vida se nos ha formado en el sentimiento de orfandad; porque se nos ha hecho profundamente dependientes de los demás y se nos ha hecho sentir que la soledad es negativa, alrededor de la cual hay toda clase de mitos, esta construcción se refuerza con expresiones como: “¿Te vas a quedar solita?” “¿Por qué tan solitas, muchachas?”
¿Qué podemos hacer para evitar la desolación en nuestras vidas? Cultivar lazos afectivos reales, viajar solos o solas, conocer lo que nos gusta y lo que nos desagrada; también hay que pasar tiempo a solas,conocer a la pareja, hablar con las hijas e hijos, sin que eso signifique llamar a la desolación. La única reparación posible es poner nuestro yo en el centro y convertir la soledad en un estado de bienestar.
Estaremos atentos para saber si la ONU acepta instaurar “El día internacional de la soledad no deseada”, en recuerdo al nacimiento de Ludvig Van Bethoveen, quien aún con la soledad impuesta por su condición de sordera, pudo componer la novena sinfonía, llamada el Himno a la Alegría.

