Mal de amores
A un par de días de la conmemoración del 215 Aniversario de la Independencia de México, es necesario valorar el legado y enseñanza que nos dejó a las mujeres de nuestra querida patria, María Josefa Ortiz Girón, conocida como la Corregida.
La proeza de doña Josefa, consistió en el hecho de que al saber que la conspiración en que participaban había sido delatada al gobierno virreinal, ella logró dar a aviso a Ignacio Allende, a los hermanos Juan e Ignacio Aldama y a Miguel Hidalgo, que iban a ser aprehendidos. Gracias a esto, el levantamiento, que estaba previsto para el 8 de diciembre durante la fiesta de San Miguel el Grande, se llevó a cabo en la madrugada del 16 de septiembre de 1810.
Sobre la participación activa de la Corregidora en la conjura, existe el testimonio del Alcalde Juan Ochoa, uno de los primeros delatores de la conspiración independentista, quien en una misiva enviada al Virrey Calleja el 11 de septiembre de 1810, dio cuenta que la esposa del Corregidor se había expresado con “[…] la mayor locuacidad en contra de la nación española y en contra de algunos ministros”; además, adujo que el “torrente de esa señora ha conducido a depravados fines que he anunciado” y destacó que ella no tenía “empacho a concurrir en Juntas que forman los malévolos”
A finales de 1813, nuevamente fue acusada, ahora por el doctor Mariano Beristaín, quien advirtió al Virrey que el peligro más preocupante provenía de: un “[…] agente más efectivo descarado, audaz e incorregible que no pierde ocasión ni un momento de inspirar odio al Rey, a la España, a la causa, y determinaciones y providencias justas del gobierno legítimo de este Reino. Y tal es Señor Excelentísimo, la mujer del Corregidor de esta ciudad. Esta es una verdadera Ana Bolena que ha tenido valor para intentar seducirme a mí mismo, aunque ingeniosa y cautelosamente”.
También, se trató de desprestigiarla al correr el rumor de un supuesto romance entre doña Josefa Ortiz de Domínguez e Ignacio Allende, a pesar de que estaba casada con el corregidor Miguel Domínguez y era madre de 14 hijos; tiempo después esta especulación, fue desmentida por genuinos historiadores, como la escritora Laureana Wright, para quien la vinculación de Josefa Ortiz en la causa independentista no se limitó a ser conspiradora sino mantener su convicción insurgente, por sobre todas las adversidades: “su adhesión a la gran causa de la libertad, no fue hija de un instante de alucinación ó de un rapto de entusiasmo, sino producto de la concienzuda convicción que en la justicia de sus opiniones políticas encontraba y del legítimo deseo de libertad que germinaba en su alma”.