El regreso del gobernador Omar Fayad a sus actividades fuera de casa, reactivó el trabajo en las diferentes áreas de la administración y puso freno total a las diferencias que ya eran evidentes entre algunos integrantes del gabinete, sobre todo en la toma de decisiones en medio de la crisis sanitaria que se enfrenta.
Para nadie es desconocido, que desde el pasado 28 de marzo cuando el mandatario estatal dio positivo a COVID-19, se registró una baja sensible en el ritmo del trabajo en algunas áreas, incluso se relajaron y dejaron de lado las indicaciones precisas que se daban desde el aislamiento en donde eran seguidas las acciones de cada secretaría.
Con la reincorporación, de inmediato se dio paso a las nuevas medidas que se tenían planteadas por la circunstancia actual que se vive, la apertura de los espacios hospitalarios en las zonas apartadas para atender a la población indígena y la otra fundamental, el apoyo económico para un sector importante que comienza a tener problemas de solvencia ante despidos por las restricciones y el aislamiento.
A la par de los anuncios, se tuvieron giras por el interior del estado y en los hospitales donde se mantiene la atención directa a pacientes con el contagio, con un mensaje claro, reforzar el equipamiento que se tiene para el combate a la enfermedad y verificar la disposición de insumos para una atención inmediata a los pacientes que comienzan a llenar los espacios de salud.
Las reuniones de evaluación diaria con el gabinete se restablecieron en el llamado centro de operaciones, ubicado en la sala de gabinete de cuarto piso, lo que significó un respiro para algunas secretarias que ya hacían evidente su desgaste, porque algunos no estaban convencidos de que las indicaciones que les daban eran las que el titular del ejecutivo había pedido.
La crisis, ha permitido al titular del ejecutivo hacer evaluaciones y ajustes en su gabinete, que no serán los únicos pues perfila algunos más de quienes se esperaba un crecimiento y no se concretó, pero además se hizo evidente que no están en el mismo nivel de exigencia y en las próximas semanas podrían darle las gracias y ofrecerles que sean ellos mismos quienes operen su salida como se hizo con todas las renuncias hasta ahora.
De mi tintero… Los que de plano hacen evidente su ignorancia y poco apoyo a la contingencia sanitaria del país, son los integrantes del llamado Grupo Universidad, pues mientras que por un lado la diputada federal Lidia García entregó despensas en Pachuca sin respetar las medidas y poniendo en riesgo a beneficiarios y su propio equipo, por otro el diputado local Ricardo Baptista parece que se mantiene en campaña recorriendo el municipio de Tula, entregando despensas y supuestos insumos médicos que en realidad no ayudan al equipo médico.