José Vergara Vergara, director general del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo; Óscar Ángeles, alcalde de Alfajayucan; monseñor Juan Pedro Juárez Meléndez, obispo de Tula, y el párroco Víctor Manuel Castillo, presidieron el pasado domingo 15 de noviembre del presente año la entrega de la restauración del Ex Convento de San Martín Apóstol, ubicado en este municipio, obra construida en el siglo XVI por la orden franciscana.
Víctor Manuel Castillo ha señalado: «Es un día de júbilo para Alfajayucan, hoy inauguramos las obras de rehabilitación del convento. Cuando iniciamos este proyecto platicamos con el gobernador del estado, José Francisco Olvera Ruiz, quien no dudó en ningún momento en apoyarnos, y lo hizo a través de José Vergara, hombre comprometido con su patrimonio cultural”.
Asimismo, destacó: “Con estas restauraciones, se busca lograr que la población tome conciencia del extraordinario valor del patrimonio cultural, no sólo como una presencia histórica o artística, sino como un elemento fundamental que da sentido y cohesión actual a las comunidades”.
“El objetivo de las obras, iniciadas en el 2014, ha representado una de las acciones más ambiciosas de preservación de inmuebles patrimoniales durante la presente administración”, señaló José Vergara Vergara, director general del Cecultah, quien además mencionó que para él esta restauración ha sido un sueño hecho realidad. “Recuerdo que desde 1974, cuando venía a acompañar al maestro Raúl Guerrero Guerrero, destacado investigador nacido precisamente en Alfajayucan, deseaba que algún día pudiera concretar un trabajo de restauración y preservación de este inmueble; hoy al ver este portal de peregrinos, que durante muchos años permaneció cerrado y en ruinas, que ha recuperado su aspecto original y da testimonio de esta gran construcción realizada en el siglo VXI por la orden franciscana, es motivo de alegría y celebración”.
Para la intervención del inmueble, dijo, se siguieron en todo momento las normas en materia de restauración, pues se trata del ejemplo de arquitectura religiosa más importante de la región. Las obras, en su primera etapa, abarcaron la restitución de las bóvedas del segundo piso del claustro y una pequeña área de la parte baja. En la etapa II, específicamente de la capilla abierta, consistieron en trabajos de limpieza de elementos de cantera, apertura de vanos originales en arcada, retiro de aplanados sueltos, demolición a mano de empedrado junteado con concreto, consolidación e inyección de grietas en muros eliminando el material suelto, suministro y labrado de escalón de cantera rosa de la región igual a la utilizada en el resto del inmueble. Asimismo, se realizó la limpieza de muros en general, consolidación de aplanados, trabajos de carpintería, fabricación y montaje de puerta de 2.10 m x 1 m en dos hojas, suministro y colocación de piso de piedra, preparado y aplicación de pintura a la cal en muros, instalación eléctrica para salida de alumbrado y contacto monofásico. Esto por mencionar sólo algunas de las muchas obras.
Con la presencia de la comunidad, fueron inauguradas las obras de restauración del Convento de San Martín Apóstol, ubicado en el municipio Alfajayucan.
El edificio religioso
Después de la fundación del pueblo, el 5 de noviembre de 1558, por el virrey Luis de Velasco, donde intervinieron seis franciscanos, es muy probable que comenzara a construirse el convento de la misma orden, culminándose alrededor de 1585. Su advocación, San Martín, era pronunciada por los otomíes como “Shamatí”, o “Shamtí”, nombre con el que se conoció popularmente al pueblo. Es curioso que su emplazamiento urbano no dé frente a la plaza principal. El convento de San Martín cuenta con la fecha 1576 en una pintura del edificio. Aquí se halla una bellísima cruz labrada, en el centro del claustro, al igual que los vestigios de una antigua capilla abierta.
Del interior es rescatable un púlpito, conteniendo a los cuatro evangelistas, con el año 1772, inscrito en su costado. En la parte superior se levanta una escultura de San Miguel Arcángel. En el claustro anexo es destacable la presencia de una cruz monumental de piedra, en donde se ha planteado la pervivencia de cierta idolatría, con el símbolo de Tezcatlipoca, el Anáhuac, el Telpochtli: círculo del que sobresalen tres bandas horizontales. También se conservan relojes de sol en lo alto del claustro superior. La pintura mural es de gran refinamiento.