No hay duda que los empresarios son una parte fundamental de cualquier país, estado, y comunidad en general, son la parte angular del crecimiento y desarrollo, el problema, es cuando lo logran su crecimiento económico pasando por encima de la ley y de los derechos de los demás y màs grave es, que las autoridades de los distintos niveles sean cómplices y lo permitan, como ocurre en el estado.
Ejemplos hay muchos y variados, y sobran elementos para presumir el tráfico de influencias de hombres de la iniciativa privada, que sin mayor problema afectaron a terceros, violaron la ley y no paso nada.
El primero es el de Cuauhtèmoc Martínez presidente del grupo Estrella Blanca quien construye en un predio de su propiedad en la céntrica calle de Salazar un inmueble que incluye excavaciones en el subsuelo de hasta 3 metros de profundidad, como se expone en un peritaje de protección civil y la Secretaria de Obras Pùblicas de Pachuca.
Todo iba bien en la obra, hasta que comenzaron a registrarse asentamientos y cuarteadoras en viviendas cercanas, luego vino un hundimiento en la calle y con ello también la incertidumbre de los vecinos, que vieron la vulnerabilidad del suelo que pisaban todos los días.
Lo primero que hizo el Secretario de Obras Pùblicas Víctor Bautista fue apresurarse a señalar que no había riesgos en la construcción y que tendría una reunión con el empresario para analizar las soluciones, cuando en otros casos lo que la ley de obras pùblicas establece en este tipo de continencias, es la clausura temporal de la obra, mientras técnicamente con peritajes se establece que no hay peligro.
Fue más fácil ayudar al empresario, que aplicar la ley y esto no significa estar en contra del crecimiento, generación de empleos e inversiones, es simplemente que las autoridades prefirieron poner en riesgo a vecinos y absorber perdidas para el propio municipio por los daños al equipamiento urbano, que obligar al Cuauhtèmoc Martínez a cumplir.
Además este hecho dejo varias dudas sobre el cumplimiento de los requisitos que debió entregar el empresario a la Secretaría de Obras Públicas, para obtener sus permisos de licencia y construcción.
Más aun tanpoco fue consultado el estudio geológico hecho por especialistas que muestran la vulnerabilidad del subuelo en Pachuca y las condiciones que deben reunir de manera especial este tipo de obras.
Este es solo uno de los muchos ejemplos que pueden exponerse, donde los empresarios en Hidalgo, son una clase de élite, especial y que pueden pasar por encima de los derechos de cualquiera, incluso de las mismas autoridades.
Columna de Leonardo Herrera.
Twitter: @herreleo.