A Christopher, jedi que está en el cielo
A Iñaki Piñuel y Cohutec Vargas, Caballeros Jedi
Es un lugar común decir que la realidad supera a la ficción. George Lucas fue aclamado en 1977 por la producción de Star Wars, película que basa su argumento en un tema humano fundamental: la lucha entre el bien y el mal, aspectos personificados por los Jedi y los Sith; los primeros, son quienes luchan desde el Lado Luminoso de la Fuerza y, los segundos, son personajes de gran poder y maldad, pertenecientes al Lado Oscuro.
La precuela de esta trilogía relata el devenir de Anakin Skywalker, joven caballero Jedi, que se convierte en el terrible Darth Vader. Su transformación es paulatina y creciente: de pequeños a grandes hechos que demuestran cómo su valentía y amor son cambiados por odio y deseos de venganza. Es en la escena donde asesina a los niños de la escuela Jedi cuando no queda duda: Anakin ha mutado de héroe a villano.
En días pasados, Chihuahua fue el escenario de una historia verdaderamente terrorífica. ¿Qué puede ser más horrible y aterrador que el brutal asesinato de un niño de seis años víctima de otros menores de edad?
He leído y escuchado todo tipo de opiniones acerca de este dolorosísimo suceso, desde aquéllas que piden reformas para poder condenarles como adultos, otras que se preguntan hasta qué punto ha llegado nuestra descomposición social y aquéllas que valoran lo que podemos hacer, como sociedad, evitar más tragedias de este tipo.
Regreso al filme Star Wars: los seres humanos somos regidos por dos fuerzas, el bien y el mal. ¿Cuál es la fuerza que motiva mis acciones? ¿Amor u odio? ¿Construyo o destruyo? ¿Soy un Jedi o un Sith?
Iñaki Piñuel, investigador de la Universidad de Alcalá, en su cuenta de Facebook, se autonombra Jedi, y cuenta con un equipo que lucha del Lado Luminoso en este planeta. Visitan ciudades europeas y latinoamericanas para dar a conocer el fruto de sus investigaciones y poner un freno al bullying y mobbing (acoso escolar y acoso laboral), así como rehabilitar a víctimas de amores zero: aquellas personas que tuvieron la desgracia de enamorarse de psicópatas.
Por fortuna, los Jedi se encuentran en el mundo entero. En México, el pasado noviembre, Cohutec Vargas Genis, presidente nacional del Instituto de Ciencias de la Rehabilitación Integral (INCRI), junto con expertas y expertos en desarrollo infantil firmaron un acuerdo al que nombraron “10-24 por la infancia” donde recomiendan a las personas adultas e instituciones involucradas en este tema, las acciones fundamentales para procurar el óptimo desarrollo de las niñas y los niños.
Con respecto a las declaraciones del fiscal que pide la máxima pena para las y los responsables del asesinato de Christopher, quien solo contaba con seis años, Cohutec Vargas afirma que, no obstante, los menores de edad involucrados son responsables jurídicos del hecho criminal, “son víctimas de la irresponsabilidad, negligencia, falta de preparación, y abandono que tiene a la niñez y juventud, las diferentes instancias de atención”.
“Ese tipo de conductas nos son súbitas, se manifiestan desde la más temprana edad, es obvio que tienen trastorno disocial de la personalidad u otras patologías neurológicas o paidopsiquiátricas que no fueron atendidas, ni por los padres, ni por sus docentes, en ningún momento”.
Al igual que Iñaki Piñuel, quien ha dicho que en una situación de bullying existe una alta responsabilidad de los adultos que se encuentran en el centro escolar para que se desarrolle este tipo de acoso, Cohutec Vargas señala que lo más importante es la prevención, a través de la detección temprana y la atención a las niñas y niños que presentan conductas agresivas.
“El problema es que (este tipo de menores de edad) causan molestia, la cual se ve ahora justamente magnificada con este hecho, donde la sociedad pide castigo, sin valorar las circunstancias”.
“Los niños que nadie quiere” será un libro de ensayos; Cohutec Vargas preparando ya su publicación, junto con las y los especialistas firmantes del proyecto “10-24”.
¿Qué podemos hacer para evitar otro terrible hecho, como el asesinato de Christopher? Cohutec responde: “el empoderamiento de las figuras de autoridad por parte de los padres, madres, maestras y maestros es urgente, para que puedan, con respeto a la dignidad de las niñas y los niños, IMPONER límites y reglas claras”.
¿Qué hay detrás de las historias personales de las niñas y los niños involucrados en esta historia de terror? ¿Dónde estaban sus padres y madres mientras ellos “jugaban” en la calle? Evidentemente, hay varios menores de edad involucrados y ningún adulto que se haya percatado de tal horror durante el largo tiempo que les llevó realizar lo que, afirmaron, inició como un “juego de secuestro” hasta terminar cavando una fosa y enterrando un cuerpo sin vida.
Todas y todos somos responsables de nuestro actuar. Es momento de asumir, ¿soy un Jedi o un Sith? ¿Promoveré la paz y el buen trato, o el odio y el rencor? ¿Haré amigos o enemigos? ¿Sumaré o restaré? ¿Qué está en mis manos para terminar con la violencia? ¿Puedo empezar por dar amor a mi familia, respeto a mis compañeras y compañeros de trabajo, cediendo el paso cuando conduzco, dejar de criticar o de juzgar a los vecinos? Hay mucho por hacer, y para ser un verdadero Jedi, puedo empezar por mí y mi actuar cotidiano.